Me
voy bebiendo a tragos
los
versos de la noche,
esos
que al final quedaron
en
un intento vano de decirte…
más
tanta timidez me dejó
borracho
de vientos y relentes
de
tanto pasear a deshora.
Mientras
la madrugada
dejaba
entrever tus sombras
en
silencio, las aceras
donde
pisas con firmeza
atrayendo
el deseo,
las
miradas y los sueños.
Esos que
a mi me gustaría
susurrarte
a solas,
como
zurean las palomas,
embelesado
entre las sombras
que
huyen cada día
alejándote
de mi desasosiego.