viernes, 9 de noviembre de 2012 | By: Paco Lainez

El niño




Mientras el niño dormía
una mariposa blanca
se posaba en su almohada,
con las sombras de la noche
su resplandor luminiscente
hacía irradiar su cara.
En sus labios se dibujaba
una sonrisa de nácar,
en tanto una luna llena
de los aleros colgaba,
aluzando la madrugada
de vieja plata labrada.



1 comentarios:

Jana la de la niebla dijo...

Es un hermosísimo poema, Salvochea, cuánto tiempo sin publicar ni una letra. Me encanta que nos traigas ahora ésta, y los dos últimos versos me parecen "redondos".
No nos dejes por tanto tiempo, se te echa de menos, de verdad.
Un fuerte y gran abrazo.

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